Nuestro amigo Antonio

Antonio Andrés Serrano ha fallecido. Pertenecía a la Junta Directiva de la Agrupación Fotográfica de
Guadalajara desde hace más de veinte años.


Se nos ha ido un buen amigo. Siempre alegre, sólo la injusticia le hacía enfadar. A todos animaba, era un joven convencido, pero de veinticinco años menos.

El lunes pasado, desde que me enteré de la noticia, todo eran recuerdos de momentos, sonidos y lugares compartidos en estos últimos veinte años: cogiendo membrillos en “Los Azores”; haciendo leña; leyendo rimas de Bécquer ante una cazuela de puches en la noche de difuntos; de cena y copas después de los concursillos; haciendo fotos en los lagos de Covadonga; brindando con vino y gaseosa; callejeando en Albarracín; haciendo sus vídeos de nuestros acontecimientos familiares; jugando con nuestros niños en la Virgen del Saz; cantando villancicos con el retumbar de su zambomba; hablando de la felicidad una noche en Valdeconcha;…

Hace unas pocas semanas le llamé para saber qué tal estaba y al final me dio las gracias, yo contesté que no hacía falta, a lo que él dijo: “Sí, tengo que daros mucho las gracias”. ¡Qué lección de humildad! Y de generosidad, como tú decías, “quien no te ha conocido, no sabe lo que se ha perdido”. Y qué afortunados los que disfrutamos de tu amistad. Gracias a ti, Antonio. Y a Leo, que siempre está dónde la esperas, siempre a tu lado.

Dejó todo bien atado aquí abajo y allí Arriba. Se fue luchando por vivir y disfrutar todo lo posible, pero con la tranquilidad del deber cumplido. Tres hijos y tres nietos que, bien enseñados, siempre nos recordarán de quienes vienen.

Eras honesto, humilde, sincero, todo corazón. Ahí, en nuestros corazones siempre estarás.

Que Dios te tenga en la Gloria.